lunes, 31 de julio de 2006

RECREO MODULAR 1


Nombre: Cangrejo, John Montroll
Plegado por: Beatriz González
Texto: Felipe Villarroel
Este cangrejo lo doblé especialmente para este texto

---------------------- Cangrejo Naranja de Origami ----------------------

El tren nunca llega, seguimos esperando en el andén y las luces de tus mejillas alumbran todo mi rostro, encendiéndolo de colores candentes y vivos. Me miras de repente, casi de reojo, quizá esperando algo o sólo esperando nada. Yo te miro fijo, no sé hacer otra cosa. Pienso en esos instantes que han sido sueños, y que han sido tan bellos que han bastado (hasta ahora) para llenar mi vacío interno y poder tejer una inmensa red de anhelos y deseos enfocados hacia ti. Caes del cielo hecha lluvia para mojarme, pero lo haces vestida de indiferencia y suspiros, llenándome de ti sin comprometerte a ningún gesto, ninguna promesa, ninguna mirada. Caes y yo caigo contigo, aunque tú caes suave y te evaporas con el viento, para volver a subir, mientras que yo golpeo estrepitosamente el suelo y te veo subir otra vez.

Siempre miro el cangrejo naranjo de origami. Simboliza mundos de fuego y cenizas que arden más que grandes infiernos disfrazados de cielos. El Cangrejo lleva una inscripción, la muestra tangible que mis sueños no son tal y que eres convertida en realidad, en semilla, en deseo. Te miro nuevamente y sé que no fue sueño, sino vida y arte en pinceladas de cariño. Quizá dudo a veces en realidad que sí fue sueño; si así fue, eres el mejor que he tenido, el más vívido, el más colorido, el más fuerte, el más poderoso y el más celestial. Siempre miro tus labios y me pregunto si está en ellos la esencia de cielo que ando buscando, la llave a puertas de jardines recónditos que escondes tras tus párpados. Quiero abrir tus puertas, pero por favor, esta vez no en sueños y sin despegar un minuto la mirada de tus ojos chispeantes de la vida mìa que ya no me pertenece màs.

Caigo tranquilo, sonriendo, esperando. Siglos y siglos caen tras de mì, mientras el mundo tiene ya el color de tu piel en cada rincòn, hasta el màs inaccesible. Una ciudad de jardines, flores, cielos de azul profundo y cangrejos de papel naranjo corriendo libres por toda la calle. Cangrejos sonrojados, testigos mudos, de todo un mundo abierto por tus labios.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Guau...

Muy lindo el texto.. en serio...

Poético y directo... me gusto caleta, felicitaciones al autor, y a ti por el cangrejo ;)